LA VIDA EN EL HOGAR SANTA LUISA DE MARILLAC
- Anuta Peru
- 1 jul 2017
- 2 Min. de lectura

El pasado lunes 19 de junio visitamos el Hogar Santa Luisa de Marillac. Al entrar, pudimos notar un ambiente tranquilo y sin preocupaciones aparentes. El lugar tenía un jardín central con algunas banquitas y una gruta con una virgen. A los costados, se podían observar varios cuartos, los cuales eran el espacio personal de cada ancianita. Mientras esperábamos a la madre superiora María Malpartida, una de las ancianitas paso a nuestro costado, nos saludó amablemente y siguió su camino. Ambas sonreímos por la ternura que emanaba. Luego de un rato, la madre superiora nos pudo atender, le explicamos sobre nuestro blog y que deseábamos conversar un poco con las cuidadoras del lugar y las ancianitas que vivían allí. Seguidamente, unos compañeros que realizan su internado en comunidad en el hogar, nos relataron su experiencia y el modo en que transcurría el día a día en el lugar. “Son muy tiernas y ocurrentes, siempre te quieren contar sus cosas y te piden ayuda”, nos decían. Ellos también nos contaron que solo cuentan con 2 cuidadoras que las atienden en las mañanas y 1 por las noches. Asimismo, una de las cuidadoras de la mañana es contratada particularmente por una de las ancianitas pero que, al ver las necesidades de las demás, también las ayuda, ya que al ser 22 en total el poco personal no se abastece.
Pasaron unos minutos y Roberta Tilca - Vilca, la cuidadora particular, nos pudo dar unos minutos de su tiempo. Nos contó que ella estudió un curso como Asistente de Geriatría y se encontraba laborando en el hogar hacía 1 año. La persona a la que cuida se llama Julia, está no tiene problemas mayores o alguna enfermedad grave, por lo que la apoya en la toma de medicinas, aseo personal y cambio de ropa. Pasado unos minutos de la pequeña entrevista, en la que nos relató sobre otros pacientes pasados, llegamos a un tema que para los cuidadores no es ajeno: la depresión en estos ancianitos. Roberta nos expresó que la vida de los ancianitos que habitan en casas de reposo es bastante triste, ella ve que sus familiares los visitan 1 vez a la semana o incluso menos, por lo que ellos se sienten como un estorbo y que ya no tienen ninguna motivación para vivir. “Ellos (los ancianitos) les dieron todo y luego son prácticamente abandonados. Por eso, cuando vienen otras personas les traen mucha alegría”, reflexionaba la cuidadora. Cuánta razón tenía, y es que a veces no nos ponemos a pensar que las personas mayores son las que más atención y afecto necesitan. No solo es necesario proporcionarle medios para una salud física completa, sino, lo más importante, darles amor.
Finalizando la entrevista, le preguntamos sobre los tipos de problemas de alimentación más frecuentes y, como era de esperar, el principal inconveniente era relacionado a la depresión de los ancianitos. Frases como “Para qué comeré si ya no sirvo” y “No le importo a nadie”, son las que manifiestan. Ante ello tanto Roberta como otros cuidadores tienen que ingeniárselas para lograr que estos ancianitos coman lo suficiente. Es por ello que, aquí te presentamos algunas palabras o tips que puedes utilizar al momento de la comida de los ancianitos.

Fuente: Alexandra Aliaga Chávez
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